Intelectuales parlanchines, sin preparación pero con proyección televisiva y estiroles de la matanza estudiantil del 68, se vieron favorecidos y sirvieron como intelectuales inorgánicos para buscar la estabilidad pública en favor de un gobierno que controlaba a sus críticos, sin embargo aunque estos personajes forman parte de una estructura de contención direccionista en cualquier gobierno, lo que la hacía más grotesco, es que estos debatistas resultaban de la mayor ignorancia posible, y que para justificar sus horas de vagancia en vez de tiempo académico, se decían escritores, publicistas, periodistas, pintores y en el mejor de los casos economistas o abogados. Ahora la palabra pública parece comenzar a estacionarse en parlantes jóvenes, mayor preparados y con un certificado universitario de por medio, en una generación en donde los honoris causas se entregan al mejor postor y los títulos profesionales se obtienen hasta por correspondencia virtual, en donde los catedráticos resultan hasta generación 2024-2024. Ahora es la palabra la mejor credencial para dirigirse a una masa poblacional receptora que parece estar en construcción y recuperación de su dignidad, al menos en un setenta por ciento de los votantes y en cuarenta por ciento de televidentes que se sumergen en un México de los años ochentas y noventas, por falta de recursos económicos que les den acceso a los recursos tecnológicos. personajes de análisis como Vanessa Romero, por argumentos propios y recursos de transmisión propios, aumentan la calidad de aquel pasado de intelectualoides, que a pesar del cambios de régimen que vive el país, se niegan a morir, se confrontan con las presencias renovadoras como Vanessa Romero y se autoconvocan a las marchas estacionadas que ellos mismos organizan. Vanessa
aparece en un proceso nuevo de alineación de planetas con virtudes y
atributos para poder decidir entre el direccionismo alimentario para los calcamentes o la invitación
a la reflexión inteligente, cuyas herramientas de la cdmxense son sus estudios
de Derecho en la Escuela Libre de Derecho y en University College London,
que se han visto reflejados en textos sobre cuotas
de género y la igualdad en México, bajo la editorial Porrúa. Más en www.somoselespectador.blogspot.com